¡Buenas
tardes!
Hoy
os vengo a presentar un cuento que hemos creado en grupos sobre la educación
ambiental, y sus personajes principales.
En
primer lugar, pensamos diferentes ideas sobre las que hacer el cuento. Una vez
escrito el cuento, cada uno eligió uno de sus personajes imaginarios para
incluirlo en el relato. Y a continuación, lo dibujamos en una cartulina A3. En
él introducimos diferentes texturas a través de telas, periódicos o simplemente
con las pinturas de cera o las temperas.
El
cuento se titula 'La aparición de Gardenia' y es el siguiente:
Era
una tarde cálida de verano en el pueblo de Gardenia. La mayoría de sus
habitantes se encontraban a las orillas del lago disfrutando del frescor del
agua y las sombras que proporcionaban los grandes árboles. Se podrían
vislumbrar grupos de personas comiendo o jugando en el agua. Entre este último
grupo encontramos a una sonriente Aelita que empieza a correr hacia el gran
bosque a su espalda, y es que, junto a sus amigos, ha decidido jugar al
escondite.
Aelita
llega justo a tiempo a esconderse detrás de un gran tronco cuando deja de
contar y se dispone a encontrar a los demás. Aelita creyendo que está demasiado
a la vista, comienza a andar hacia atrás, tanto anda que pronto le es difícil
distinguir el lago. Al dar el siguiente paso Aelita siente como su espalda
choca contra algo lo suficientemente blando para no tratarse de un tronco.
Lentamente se da la vuelta para encontrarse con una mujer con el pelo un tanto
extraño. Con prisa dio varios pasos hacia atrás intentando huir, aunque tras
unos metros se tropezó con una rama de un árbol. Fue entonces, cuando la mujer
con cabellos de serpiente levantó los brazos hacia ella y de sus oscuras manos
salieron unas luces. Aelita, aunque intentó huir de lo inevitable, terminó
atraída por esas luces hacia la mujer.
Cuando
se encontraba a pocos centímetros de la mujer sin nombre, una luz brillante hizo
que Aelita cerrase los ojos, y fue justo en ese momento cuando sintió como algo
la absorbía.
Después
de lo que podría haber sido solo un par de minutos, Aelita abrió con pesadez
sus ojos, encontrándose en el mismo sitio en el que esa extraña fuerza apareció.
Una vez en pie, Aelita se dio cuenta de que al contrario que antes, si era
capaz de ver el lago, ya que por raro que pareciese, de los frondosos árboles
que había visto hace unos segundos solo quedaban sus troncos secos. Sin
entender qué había sucedido, comenzó a caminar hacia la orilla esperando
encontrarse a alguien que le pudiese ayudar, ya que la mujer extraña no estaba
por ningún lado.
Sin
embargo, el bosque no era lo único extraño, el color del agua del lago, no era
cristalina, muy útil cuando Aelita y sus amigos decidían buscar piedras. Ahora
el agua mostraba un color verdoso, desprendiendo un fuerte olor que hizo que
Aelita se llevase una mano a la nariz.
Fue
entonces cuando vislumbró aquellos pelos tan característicos cerca del principio
de lo que antes había sido el bosque. Estaba hablando, por lo que Aelita se
intentó acercar para oírla.
- Querida
niña, necesitó de tu ayuda y que me salves. – dijo la mujer
- ¿Qué?
- preguntó Aelita sin entender nada.
- ¡Rápido!
- gritó la mujer antes de desaparecer de nuevo.
Sin
saber muy bien qué hacer, comenzó a andar por la orilla hacia lo que antes
había sido una caseta que servía de servicios, aunque de ella solo quedaban los
cimientos. Fue después de unos metros, cuando distinguió en la lejanía una
figura encorvada sentada en lo que parecía ser una piedra. Esta la miró por
unos segundos con curiosidad para volver otra vez a mirar el agua.
Aelita
sin entender nada se sentó a su lado. Tras unos segundos, Sías le comenzó a
contar lo bien que se lo pasaba de pequeño junto a sus amigos en ese mismo
sitio, y como no hace muchos años, ese agua todavía era potable y uno se podía
bañar en ella. Para Aelita eso no era un pasado muy lejano, sino su presente, y
aunque aún seguía confusa decidió escuchar a aquella persona.
- Me
recuerdas mucho a una amiga – comentó Sías de la nada y Aelita notó en sus ojos
como rememoraba el pasado. - Hacía mucho que no veía niños por esta zona -
comentó animado.
- ¿Por?
– preguntó Aelita curiosa, y es que se le hacía imposible imaginarse su pueblo
sin niños y risas.
- Por
la contaminación, la mayoría de vosotros estáis en los colegios la gran parte
del año, para protegeros ¿no? - dijo Sías.
Aelita
sin saber muy bien qué responder asintió ante la pregunta - pero… ¿qué ha
pasado aquí? - preguntó sin saber muy bien como formular la pregunta.
- Nosotros
hemos pasado – dijo Sías tras un suspiro - nos creíamos los reyes de este
planeta y no es así, ojalá fuésemos capaces de volver al pasado y avisar del
gran peligro que conlleva el cambio climático.
- Lo
del cambio ese lo he dado yo en clase – dijo Aelita ilusionada por entender
algo al fin - pero no pensaba que fuese tan peligroso - aclaró tras unos
momentos pensando.
- Pues
lo es, y esto – dijo Sías señalando lo que les rodeaba - es una de las
consecuencias. Además, este pueblo tiene otro problema es nuestro alcalde, Don
Evilio.
(flashback)
15
años antes, Don Evilio hablando al pueblo:
- Que
no os engañen, la contaminación no existe. Es un invento de los políticos para
que no crezca nuestro pueblo. Todo lo que dicen del deshielo de los polos, el
incremento del CO2... es todo mentira, eso ocurre de manera natural. La basura
desaparece y reciclar no sirve de nada... -
Aelita
y Sías siguieron hablando durante toda la tarde hasta que el sol desapareció
por el horizonte. Tras despedirse, Aelita volvió al bosque esperando con ansias
que la fuerza que la había llevado hasta ese sitio la devolviese a su tiempo. Y
no tuvo que esperar mucho, ya que pronto se encontró de nuevo con la mujer,
quien le dijo su nombre y cómo podría ayudarla a cambiar ese desastroso futuro.
Otra luz brillante la deslumbró, y cuando abrió de nuevo los ojos se encontró
en el mismo lugar que al principio, un bosque lleno de verdes árboles y un lago
de agua cristalina.
Aelita
nunca supo si aquello fue real o simplemente se había quedado dormida en el
bosque, pero hizo que cambiase su modo de actuar, comprendiendo la importancia
de reducir la contaminación y concienciando a sus conocidos de las
consecuencias del cambio climático.
A continuación, os voy a mostrar los personajes escogidos y dibujados en las cartulinas para el cuento:
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Sías |
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Gardenia |
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Aelita |
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Don Evilio |
Y, por último, creamos diferentes bocetos de los personajes en diferentes posturas para facilitar la realización del cómic, el cual os presentaré en la próxima entrada.

Espero que os haya gustado. ¡No os perdáis la próxima entrada!
¡Un saludo!
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